En tu mirada alegre y perdida nunca se pudo imaginar lo que con el paso del tiempo tenía que pasar. Aquella imagen impresa, donde la inocencia brotaba, principio de un recuerdo que ahora me pertenece y que guardo en mi alma.
Añoranza. Sentimiento de amargura al despertar cada mañana. Esperanza de volver atrás en el tiempo y abrazarte con el alma.
Victoria Lujor.
Ay mi niña, cuántas son las alegrías que todavía quedan por venir. En la oscuridad siempre se atisba un rayo de luz, cegador, que abre paso a un camino por recorrer.
ResponderEliminarMil besos preciosa.